20 sept 2022
Quienes hemos leído o estudiado economía, nos hemos encontrado con conceptos tan arcaicos como erróneos y, principalmente, soporíferos. 💤
Si googleas “¿Qué es la economía?”, probablemente te encuentres con una definición como la siguiente:
“Dado que los recursos del planeta son escasos y, desgraciadamente, no todos podemos disponer de todo, nos vemos obligados a administrar esos bienes para conseguir lo que nos falta. La ciencia económica envuelve la toma de decisiones de los individuos, las organizaciones y los Estados para asignar esos recursos escasos”.
Este tipo de definiciones se siguen enseñando actualmente en muchas instituciones educativas, algunas de cierto prestigio.
Empezamos muy mal diciendo “Dado que los recursos del planeta son escasos…”.
¿No son escasos? Sí; lo son, pero eso poco tiene que ver con economía. Sería una frase mucho más funcional a una clase sobre medio ambiente.
Hace un tiempo, las compañías con más valor de mercado eran petroleras, mineras, agropecuarias, etc. Empresas que usan recursos naturales para la generación de riqueza. Hoy en día, las compañías de mayor valuación usan principalmente el conocimiento para la generación de valor. Microsoft, Apple, Amazon, Mercado Libre, entre otras, son un ejemplo de ello.
Y el resto de la definición, “...nos vemos obligados a administrar esos bienes para conseguir lo que nos falta”, es directamente el golpe de gracia a lograr entender la pregunta “¿Qué es la economía?”.
Thomas Robert Malthus, un pastor anglicano nacido en Inglaterra en 1766, decía: “La población tiende a crecer en progresión geométrica, mientras que los alimentos solo aumentan en progresión aritmética, por lo que la población se encuentra siempre limitada por los medios de subsistencia”.
En resumen, Malthus creía que, como los recursos naturales son limitados y los habitantes de este planeta son cada vez más, todos vamos a ser más pobres con el paso del tiempo.
A este tipo de argumentos se los llama inductivos y yo los llamo “re simples” (si todos los patos observados hasta el momento son blancos, todos los patos deben ser blancos).
Estos argumentos tienen la enorme virtud de que es muy fácil entender la lógica subyacente. Esta lógica es tan contundente que tendemos a dejar de lado si el contenido tiene sustento o no.
Malthus debe haber sido lo que hoy en día llamamos influencers, porque la definición de qué es la economía citada al comienzo de este artículo parece escrita por él.
Sin Internet, teléfono ni Amazon, podemos dejar pasar la inferencia de Malthus. Pero hoy en día, tenemos acceso a la información en forma casi ilimitada.
Entonces, ¿qué es la economía?
Como la respuesta a la pregunta anterior puede ser amplia, lo siguiente es una simplificación con el objetivo de que el concepto sea fácil de entender; y de que no te duermas :).
Los seres humanos estamos dispuestos a pagar por algo que consideramos tiene valor. Por bienes y servicios que necesitamos o que deseamos.
Buscar satisfacer nuestras necesidades y deseos, nos moviliza. Nos impulsa a trabajar más, a crear valor para que nos paguen por él y, con ello, adquirir los bienes y servicios que necesitamos y deseamos.
Más sobre la fuerza motora de los deseos en: https://xetica.com/blog/necesidad-o-deseo
Cuanto más valor generemos, más ingresos vamos a tener. Y cuanta más gente haya produciendo valor, mayores van a ser los ingresos del conjunto; y un país es un conjunto de personas. Cuanto más valor produzcan sus habitantes, mayor va a ser la prosperidad de ese país.
¿La prosperidad tiene límites?
Dado que la creación de valor depende de nuestros deseos y de nuestra capacidad, no, no tiene límites. O al menos el límite se va corriendo a medida que crecen estos deseos y desarrollamos nuevas capacidades.
El crecimiento promedio anual del PBI global de los últimos 60 años es del 3.47 % (Banco Mundial). Más de 15.000 personas salen de la pobreza extrema todos los días (https://worldpoverty.io/headline). Y deseo enormemente que este número sea mucho más alto.
Estoy convencido de que los seres humanos tenemos la capacidad de acelerar este proceso. De generar cada vez más y más valor y, con ello, de que haya mucha menos gente con necesidades básicas insatisfechas.
En conclusión, además de seguir trabajando para crear cada vez más valor, deberíamos empezar por dejar de usar definiciones de “qué es la economía” como la citada al principio. Con ello, evitaríamos difundir un mensaje erróneo y desalentador. La nueva definición, en mi opinión, debería ser algo así como:
“Dado que la riqueza es ilimitada, y que su creación solo depende de los deseos y capacidades de los seres humanos, la ciencia económica estudia la forma de extender estos deseos y capacidades a la mayor cantidad de individuos posible”.
Carlos Traseira